Existen personas que, cuando llega el invierno lo celebran con gran alegría, ya que disfrutan estando en casa con una manta en el sofá, viendo una de sus películas o series favoritas, o incluso saliendo a la calle para notar el viento fresco en el rostro. Otros, sin embargo, les ocurre todo lo contrario, y no solo es que no les guste el frío, sino que les tienen un terror irracional que hace que durante estas épocas del año en el que nos solemos abrigar, ellos intenten por todos los medios no pasar ni un ápice de frío. A continuación, vas a descubrir cómo se llama el miedo al frío extremo, como también las causas de esta fobia y algunos consejos para conseguir superarla.
Cómo se llama el miedo al frío extremo
Al miedo al frío se le han dado diferentes términos para describirlo, siendo los más habituales el de frigofobia y el de criofobia. El primer término que te hemos escrito proviene del latín, ya que utiliza la palabra frigus que viene a significar frío, mientras que la segunda es la versión griega que proviene de krios y significa exactamente igual que la anterior.
El miedo al frío extremo puede tener diferentes grados, por lo que dos personas pueden tener esta fobia, pero asimilarla y sufrirla de maneras muy diferentes. Algunos afectados pueden sentir pánico a la propia sensación de frío en la piel que se puede dar cuando es invierno, como también a la bajada de temperatura que existe cuando cae la noche. Sin embargo, otros pueden sufrir enormemente nada más ver cubitos de hielo en un vaso con refresco o incluso cuando en la ducha o el grifo sale agua fría. Como puedes ver, este miedo atroz al frío no tiene correspondencia con la realidad o con el peligro que existe, por ejemplo, si hablásemos de las bajas temperaturas que puede haber en la cima de una montaña como el Everest.
Causas de la fobia al frío extremo
Estas personas sufren tanto con el pensamiento del frío, que incluso cuando ven en el calendario que se aproxima el invierno, sienten una agitación en su interior que les imposibilita llevar una vida normal. Mientras se van acercando los días a la fecha señalada son capaces de acelerar su corazón, entrando en cuadros de ansiedad agudos o ataques de pánico que les hace no salir de casa o incluso de su cama.
Se habla que una de las causas de la criofobia puede estar motivada por el trastorno obsesivo compulsivo o generalmente conocido como TOC. Estas personas se obsesionan con esta sensación, tanto que les hace agobiarse y sentir un profundo miedo irracional a cualquier frío, ya estemos hablando de una nevada, o incluso a colocar los pies descalzos en el suelo. Es importante saber que en muchos casos esta fobia puede desencadenar en personas con quemaduras, ya que buscan tanto el calor que son capaces de subir la temperatura del agua de la ducha o acercar en extremo las manos a un radiador que llegan a sufrir accidentes.
Otra de las causas que se ha encontrado viene dada por una experiencia que se ha tenido en el pasado, ya sea en sus propias carnes o de un ser cercano o visto por la televisión. Esto puede desembocar en un trauma que deberá de ser tratado por especialistas, ya que ha sido tal el shock que le ha provocado dicha experiencia que incluso pasados los años la sigue sintiendo y aterrando.
Cómo superar el miedo al frío extremo
Para lograr superar el miedo al frío extremo hay que conocer obligatoriamente el origen de esta fobia, puesto que es solo de esta manera como se puede trabajar mejor para que se supere. Para esto, es aconsejable que se pida ayuda profesional, puesto que son los especialistas los únicos que pueden guiar correctamente en la terapia o tratamiento que se aplique a cada caso.
Entre las terapias más habituales para hacer frente a la frigobia o criofobia es la de cerrar los ojos e imaginar que se encuentra en un lugar con frío. Esta actividad debe ser lenta y pausada, pudiendo llegar incluso a realizarse durante un mes, por lo que llevará su tiempo. El elemento que se imagine el afectado debe ser básico, es decir, por ejemplo, visualizar un vaso con hielo o una un chorro de agua que sale del grifo que se encuentra fría, nunca hacerlo en primer lugar con una nevada o una zona en la que se conozca que hay frío extremo ya que los niveles de ansiedad pueden subir en sobremanera.
Esta terapia suele venir muy bien tanto para aquellos casos en los que la persona ha tenido una experiencia traumática como para los que la sufren a causa del TOC.
Cómo perder la fobia al frío extremo
Como venimos diciendo, la visualización debe venir acompañada con sensaciones que tenga la persona, haciéndole ver que no debe tener miedo alguno, que es algo completamente normal y que el frío no le va a causar ningún tipo de daño.
Una vez que se haya realizado este tratamiento, el siguiente paso será entrar en contacto con un elemento que no se encuentre caliente, como por ejemplo el agua que ha salido del grifo puede ser un buen comienzo. Lentamente se le pondrá pequeños retos que la persona debe de conseguir, empezando por los niveles más básicos, como poner los pies en el suelo, resistir la llegada del invierno sin que entre en pánico o incluso tomar una bebida con hielo. Después de esto, se le puede hacer experimentar otras sensaciones, como por ejemplo dar un paseo por la calle en invierno sin que tenga que llevar muchas capas de ropa encima, o si ya lleva varios meses trabajando y se está recuperando de esta fobia, el ir a una zona en la que se sepa que puede nevar o incluso ir a una pista de esquí, siempre y cuando la persona vaya aceptando y los anteriores procesos los haya realizado correctamente, notándose una amplia mejoría de lo que se encontraba en el pasado.