Miedo al despido: cómo superarlo

Hay momentos en la vida en los que parece que los problemas crecen y que, sobre todo, no vienen solos. Cuando la situación familiar es complicada, la economía se resiente o nos metemos en problemas de deudas, aparece un temor añadido: el miedo al despido. Muchas veces es algo infundado o producido por la situación en la que nos encontramos. En otras ocasiones, porque vemos indicios preocupantes.

¿Tú también te encuentras en esa situación?, ¿temes quedarte sin trabajo? Acabar con esa preocupación no solo es posible, también es bastante saludable. Al fin y al cabo, este tipo de cosas son a veces inevitables y vivir con ansiedad no suele solucionar los problemas. Todo lo contrario.

A lo largo de este artículo te ofreceremos algunos consejos y herramientas que te ayudarán a enfrentarte a este temor con solvencia. Lee atentamente y aprende a manejar mejor esta situación que, probablemente, te está quitando el sueño.

Vivir sin obsesiones

Cuando el miedo se apodera de uno puede ser muy complicado pensar con claridad, sin embargo, te invitamos a que respires hondo y trates de hacerlo. Antes de alertarte debes buscar razones objetivas que indiquen que tu puesto de trabajo está en peligro, lejos de tus obsesiones particulares.

Lo primero, antes de actuar, será determinar si te estás enfrentando a una posibilidad muy cercana o si simplemente te estás enfocando en una preocupación que está en tu propia cabeza. Algunos datos objetivos pueden ser determinadas quejas sobre tu rendimiento, recortes de plantilla recientes o cambios en la perfectiva empresarial. Una vez tengas la seguridad de que puede ser cierto, no te preocupes, también te expondremos algunas herramientas para que lo gestiones de la mejor forma posible.

Hablar con el responsable

Ves con claridad que te pueden despedir y que tu miedo no es una cuestión personal, sino lógica y fundada. En ese caso, una buena estrategia es convocar una reunión con un responsable directo o con el departamento de recursos humanos de tu empresa para arrojar luz sobre esta situación.

En algunas ocasiones el miedo puede ser paralizante y hacer que esto parezca un paso arriesgado. Sin embargo, ¿qué puedes perder? Esto te puede ofrecer cantidad de información al respecto e, incluso, se puede tomar como una muestra de interés por tu trabajo muy positiva que haga a tus jefes replantearse esa decisión. Eso sí, te cuenten lo que te cuenten en este encuentro, es importante que lo tomes con profesionalidad y no pierdas la compostura.

Contactar con abogados especializados

Hay abogados laboralistas especializados en este ámbito que te pueden ofrecer asesoría si te encuentras en una situación cercana al despido. Es algo que debe tranquilizarte, pues contarás con expertos que te expongan la realidad de tu situación y velen por tus derechos. Aquí puedes encontrar uno de los mejores despachos: https://garanley.com/abogado-laboralista/

Estos profesionales podrán investigar si tu despido es improcedente y hacer la pertinente reclamación, te informarán de todos los detalles de tu caso y harán todo lo posible por mejorar tu situación. Es una de las mejores garantías para apartar la preocupación y dejarlo todo en manos de personas que realmente saben lo que hacen.

Crear planes alternativos

Es posible que, hasta el momento, en tu mente tuvieras un plan claro sobre tu futuro laboral. Si llevas muchos años en la misma empresa y conforme con tus condiciones de trabajo, la idea de cambiar de profesión o sumergirte en nuevos proyectos seguro que estaba muy lejos de tus expectativas. No obstante, esta puede ser una buena oportunidad: es hora de pensar en nuevos caminos.

Cesar tu relación laboral actual te puede abrir a puerta a especializarte en una nueva área de tu interés, apostar por otras compañías que captan tu atención o ponerte a trabajar como profesional independiente para ser tu propio jefe. Encuentra los planes alternativos más atractivos para ti y, si finalmente te quedas sin trabajo, podrás comenzar a hacerlos realidad con más seguridad.

Establecer plazos

Una buena forma de vender el miedo y reaccionar con solvencia es realizar un pequeño análisis, es decir, conocer bien tu situación actual. Para ello tendrás que estudiar tu estado financiero, ahorros, patrimonio y contactos, así, sabrás en qué situación te puedes quedar al afrontar un despido.

Con estos datos tendrás la oportunidad de fijar plazos claros y realistas. Por ejemplo, calcular el periodo de tiempo que te puedes permitir para buscar un nuevo empleo antes de tirar demasiado de tus ahorros o cuándo debe ponerse a funcionar un nuevo negocio particular para tu tranquilidad financiera. Puedes hacer un plan bien ejecutado desde esta perspectiva.

Decidir el futuro

¿Qué quieres hacer con tu futuro?, ¿cómo te gustaría que fuera tu vida? Este es el mejor momento para pensarlo en lugar de dejarse llevar por el miedo. Puede que te apetezca cambiar de profesión o trasladarte a vivir a otro sitio más apetecible, sin duda, en una situación de despido, encontrarás tu mejor oportunidad para hacer esta transición.

Además, en muchas ocasiones es bastante sencillo realizar este cambio: más de lo que piensas. Lo que ocurre es que nos dejamos llevar por lo que creemos que tenemos asegurado y aparcamos ciertas ilusiones a un lado. No es momento de hacerlo, todo lo contrario.

Actualizarse y tomar el pulso al mercado

El mercado laboral puede cambiar mucho en cuestión de poco tiempo. Las personas que están trabajando y que dedican años a sus empresas suelen estar bastante desconectadas de las tendencias actuales e incluso de los nuevos puestos que se están creando. Antes de centrarte en tus miedos, pon el foco en indagar cómo es el mercado actual.

Puede que encuentres inesperadas oportunidades de crecimiento en él o la posibilidad de completar tu formación con un máster o especialidad de interés. Si te tomas esto con ilusión, puedes apostar por un futuro más prometedor que el ofrecido por tu compañía actual.

Aceptar los cambios

El truco para experimentar todo esto sin que sea una odisea es recordar que la vida está llena de cambios y que estos no son necesariamente malos. A veces, salir de la zona de confort es positivo y trae muchas oportunidades interesantes.

Esto también es válido si te vas a enfrentar a un momento complicado en el aspecto económico, pues todo el mundo pasa por baches, por temporadas mejores o peores. No dejes que esto te hunda y trata de emplear un pensamiento práctico.

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