Los avances tecnológicos han dado la posibilidad al ser humano de volar, una habilidad que no estaba en su naturaleza, pero que gracias al ingenio ha hecho que esto sea posible. Cada día, son millones los que se aventuran a montarse en un avión por motivos de trabajo, ocio o de cualquier índole, sin embargo, hay otras personas que temen el simple hecho de acercarse a un aeropuerto y mucho más, el poner un pie dentro de cualquier aparato que se separe de la tierra unos metros. En esta ocasión te vamos a dar toda la información sobre el miedo o fobia a volar.
Cómo se llama el miedo a volar
Al miedo ocasionado por la acción de volar se le denomina aerofobia. Uno de los principales problemas que se le encuentra a este miedo, es el hecho de que se puede manifestar fácilmente sola o incluso con otras fobias más, lo que hará que la ansiedad o los nervios vaya en aumento, causando en gran número de personas cuadros de pánico en los que quiere salir del avión incluso cuando todavía no se ha despegado.
A nivel mundial se puede decir que hay afectadas por aerofobia un 29%, por lo que se podría decir que un pasajero de cada tres le tiene pavor a volar. Como dato curioso, y viendo que esto puede ocasionar graves problemas en sus viajes, muchas compañías ofertan cursos para perder el miedo a volar, pensados, sobre todo para aquellas personas que por motivos de trabajo o familiares tienen que coger muy frecuentemente este medio de transporte, pudiéndolo hacer con mucha más tranquilidad.
Causas de la fobia a volar
Son muchas las causas de la aerofobia, siendo esto uno de los principales motivos por lo que es tan habitual en las personas. Una de las causas más generalizadas es el riesgo o temor de tener un accidente. Cuando uno va en coche o en barco, es posible que se pueda tener un accidente, incluso se conoce que la probabilidad es mucho mayor que cuando se viaja en avión. Sin embargo, los afectados dictaminan que, si se tiene un accidente en un avión, es muy poco probable que se salga con vida.
Se dice que la aerofobia cobra mayor importancia a la hora de unirse con otros miedos, como puede ser la claustrofobia, al ver que se encuentran en un habitáculo cerrado y del que no se puede salir. Por otro lado, también se encuentra la fobia a las alturas, junto con la sensación de estar haciendo el ridículo por todo el nerviosismo que se tiene en ese momento y por el ataque de ansiedad y de no poder escapar para eliminar el estrés o la ansiedad de otra manera, por lo que es una bola de nieve que va tomando más forma y se va volviendo mucho más grande con el tiempo que se pasa dentro del avión o en los momentos previos.
Cómo superar el miedo a los vuelos
Una de las recomendaciones que dan los expertos a la hora de tomar un vuelo es el de informarse de la seguridad que se tiene en un avión. Bien es cierto, como hemos dicho anteriormente, que el número de supervivientes es mucho más bajo que con cualquier otro medio de transporte, sin embargo, se tiene constancia de que la probabilidad de tener un accidente de coche es muy superior a la posibilidad de estrellarse con un avión, por lo que tienes que saber que es mucho más seguro, tanto por los controles que se realizan a diario a cada aparato, como también a la formación de los pilotos o al seguimiento que se realiza de cada vuelo, ya que están conectados para que, por cualquier fallo imprevisto, se pueda solucionar de la menor manera posible.
Debemos pensar siempre en positivo, algo que deberá de hacerse semanas incluso meses antes del vuelo, en el caso de que se tenga organizado desde hace mucho tiempo atrás. Se debe pensar en que todo va a salir correctamente, eliminando las falsas sensaciones de inseguridad, algo que puede lastrar mucho debido a tu miedo a volar.
Se debe, en este periodo, poner en práctica ejercicios que te ayuden a relajar la mente, a evadir esa fobia que tienes. Las técnicas de relajación, mezcladas con respiración son las más recomendadas y mandadas por los principales profesionales del sector.
Cómo perder la fobia a los vuelos
Es mejor enfrentarse a cualquier situación con tiempo suficiente para evitar las prisas, las cuales pueden acelerar mucho más el pulso y por lo tanto, ocasionar mayores problemas de lo que habían antes, potenciando la aparición de la aerofobia. Por este motivo es aconsejable que se llegue al aeropuerto con el mayor tiempo posible. De esta manera, no se perderá el avión, ni habrá que ir corriendo de un lado para otro, haciéndose todo ordenadamente y también pudiendo calmar la mente y relajarse en todo el trayecto, algo que si se realiza con prisas es prácticamente imposible calmarse.
Un consejo frecuente de aquellos que vuelan incluso cuando tienen miedo a hacerlo es que se eviten las ventanillas, ya que el simple hecho de mirar por ellas puede provocar mucha más ansiedad, sobre todo si se está tomando ya velocidad y altura. Recuerda que, cuando vayas a reservar tu vuelo, compruebes muy bien la situación de tu asiento. Mientras estás sentado, te recomendamos que te entretengas con una novela o un libro de pasatiempos, de esta manera, podrás mantener tu mente en otras cosas y no en las diferentes sensaciones que se pueden dar a tu alrededor y que pueden hacer que te entre el pánico.
Para facilitar el viaje y, por lo tanto, la sensación mientras volamos, es aconsejable que las horas previas no te hayas dado un atracón de comida o bebida por el propio estrés o ansiedad. Está comprobado que, cuando uno come demasiado, se siente pesado y la experiencia montado en un avión suele ser algo peor que aquellos que han seguido su dieta habitual, por eso, en vez de tomarte una comida copiosa para intentar calmar los nervios, te recomendamos que hagas lo contrario.