Miedo a las palabras largas

Miedo a las palabras largas

El ser humano es capaz de tener muchos miedos a lo largo de su vida, unos son más habituales y sonados, como por ejemplo el miedo a las arañas o el miedo a volar. Sin embargo, existen otras fobias menos conocidas que, aunque puedan parecernos extrañas y fuera de lugar, hay personas que las padecen y que no solo eso, sino que sufren muchísimo con ellas, teniendo ataques graves de ansiedad. En este caso queremos hablar del miedo a las palabras largas, una fobia muy poco común y que te explicaremos a continuación todas sus características y como conseguir superarla.

Cómo se llama el miedo a las palabras largas

Aunque pueda parecer una broma de mal gusto para los que padecen de este miedo, el término que se utiliza para catalogarla es el de hipopotomonstrosesquipedaliofobia, siendo definido como un miedo muy fuerte e incluso incontrolable a la posibilidad de pronunciar una palabra extremadamente larga. Por lo general, esta fobia se presenta sobre todo cuando el afectado debe decirla en una conversación, ya sea con personas conocidas, o en un contexto más profesional, como una exposición en clase o un discurso en la empresa.

El miedo no solo aparece cuando la situación es real y se debe enfrentar a ella, sino que, en caso de imaginarse decir dicha palabra delante de un público y sentir vergüenza hace que empiece a surgir sus nervios y su ansiedad, haciéndose visible e incluso paralizándole en cualquier circunstancia en la que se encuentre. El término hipopotomonstrosesquipedaliofobia proviene de varias palabras griegas, la primera es “hipopoto” siendo su significado el de grande, “monstro” como monstruoso, “sesquipedali” que significa palabra grande.

Causas de la fobia a las palabras largas

Las causas de esta fobia vienen dadas sobre todo por el sentimiento de la persona que siente que está haciendo el ridículo, por lo que, el simple pensamiento de pronunciarla y trabarse hace que en su interior surjan dudas y su autoestima y seguridad se vean tocadas. Este miedo va surgiendo y si no se pone solución puede ir aumentando, haciendo que la persona evite no solo decir las palabras largas, sino entrar en conversaciones o debates con otras personas, ya que piensa que puede, sin quererlo, salir una de estas palabras a relucir y, por lo tanto, tener un aprieto.

Miedo a las palabras largas

Aunque hay una posibilidad de que cualquier persona sufra al pronunciar una palabra larga, técnica o científica e incluso que pueda producirse un sentimiento de frustración al no poder decirla, solo aquellas que tienen fobia a las palabras largas las que van a sentir verdadero temor, con un miedo considerado irracional, causando tal malestar que puede incluso imposibilitar la continuación del discurso o la conversación a causa de un ataque de pánico que según el grado de la fobia, puede ser desde unos simples temblores o sudores fríos, hasta aceleración del ritmo cardíaco.

Cómo superar el miedo a las palabras largas

Uno de los principales problemas por lo que ocurre este miedo a las palabras largas es precisamente que se evita decirlas, y por lo tanto, el afectado va aumentando su consideración de que son extremadamente difíciles y no pone remedio a esta fobia.

En primer lugar, una persona que sufre hipopotomonstrosesquipedaliofobia debe expresar su temor a otras personas, sobre todo a los más cercanos o a aquellos con los que alguna vez tiene que comunicarse. Esto en un principio puede parecer muy duro para el afectado, sin embargo, puede ser el inicio de una terapia, siempre y cuando sus seres queridos o familiares puedan brindarle apoyo y mucha paciencia. Estos factores son esenciales para que pueda superar el miedo a las palabras largas, ya que, al igual que con los casos en los que una persona sufre tartamudeo, se le debe dar la posibilidad a expresarse, a controlar su habla y por lo tanto, hay que tener una paciencia infinita para que pueda sentirse seguro y formar su discurso sin que tengamos que estar constantemente terminándole las frases.

Cómo perder la fobia a las palabras largas

Es necesario que la persona quiera superar este duro trance, ya que, de lo contrario, por mucho que se intente, al final el resultado será el mismo y no avanzará. Se debe saber, que uno de los motivos por los que el miedo persiste es precisamente la idea de que evitando estos términos al final se conseguirá controlar la ansiedad, cuando lo que se consigue es que se refuerce el pavor hacia ellas.

Antes de realizar cualquier actividad para superar o perder esta fobia, se aconseja que la persona practique técnicas de respiración y relajación, de esta manera podrá controlar mejor los ataques y situaciones conflictivas. Una vez que se tengan dominadas dichos ejercicios, será el momento de pasar a la acción. El afectado puede empezar la terapia escribiendo en un papel las palabras largas que sepa o que le tenga miedo, generalmente este ejercicio será muy sencillo, aunque según qué personas puede suponer un auténtico reto.

Una vez que se han escrito las palabras, el siguiente paso será el pronunciarlas. Esta actividad conviene que se haga a solas, ya que el pensamiento de que se encuentra observado puede ser un obstáculo para que las vaya diciendo correctamente. Estos procesos pueden durar de varios días a semanas e incluso en los casos más graves meses, debiéndose de realizar estas actividades una y otra vez hasta que el miedo irracional a las palabras largas quede olvidado y completamente superado.

Cuando ya la persona se atreva a escribirlas y a decirlas sin ningún problema en privado, será el momento de decirlas en una conversación con una persona muy cercana a ella, teniendo en todo momento el acompañante mucho tacto y paciencia para transmitirle tranquilidad y muchos ánimos para que se sienta seguro y que no piense que lo está haciendo mal o que va a defraudar a alguien. Si un día no puede decir toda la lista de palabras o simplemente siente que está dando más de sí, es preferible parar el ejercicio y seguirlo al día siguiente, ya que si se le presiona demasiado, podrá sufrir un bloqueo que haya que no quiera seguir realizando su terapia para perder la fobia a las palabras largas.

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